jueves, 16 de junio de 2016

Sueño o pesadilla lll

continua mi historia.... Que la disfrutéis


3


Había trozos de cristal por todas partes; poco a poco me incorpore de mi refugio dentro de aquella extraña vivienda, me asome por la ventana y aquella fantasmal patrulla ya se había esfumado… Fueron minutos interminables, los disparos surgían uno por uno, reventaban mas el vidrio de la ventana, los vidrios de la ventana contigua, entraban en la habitación, hacían volar en pedazos objetos en las estanterías que tuvieron la mala fortuna de estar en el rango de blanco,  yo me guarecí debajo de una mesa en el comedor, lleve mis rodillas al pecho y las abrazaba con fuerza, entre sollozos rogué para que las detonaciones terminaran pronto, agotaron el parque y yo permaneci en mi sitio por algunos momentos más, con la mirada fija en la ventana, esperando el momento de ver aparecer a alguno de mis atacantes, pero no fue así; finalmente pude contemplar en donde me encontraba, era un salón grande en el cual habían tres viejos sillones de piel, había un centro de mesa con varios diarios esparcidos en toda la superficie, cuadros familiares en las paredes, para mi sorpresa, la habitación estaba iluminada por un par de lámparas de mesa, eso me tranquilizó en demasía, en un rincón había una puerta entre abierta y de igual forma, una luz tenue salía de ella, “quizá sea un baño”, pensé y me acerqué, en efecto, era un cuarto de baño pequeño, todo estaba en su lugar, mire mi reflejo en el espejo, mi rostro estaba pálido, sucio, mis ojos azules tenían surcos provocados por las lagrimas y el terror, mi cabello rubio estaba alborotado y lucia enredado… Finalmente, pude atender los daños recibidos en mi huida…
El brazo lacerado me seguía sangrando… Mire la herida y pude notar un cristal de unos 4 centímetros incrustado en el antebrazo… Cerré los ojos pensando en que necesitaría de puntadas para cerrar la herida, tomé la mochila y extraje del interior uno de los dos pequeños botiquines que había alcanzado a tomar de la boutique, dentro, había un frasco pequeño con antiséptico, gasas, vendas y un par de pastillas de ibuprofeno… Levante la manga de mi blusa para que no me estorbara, a pesar de que esta era corta, apretando los dientes, tome con los dedos el cristal enterrado y empecé a sacarlo de mis carnes, dolía…. Dolía mucho… Mis lágrimas salían una tras otra… ¡Quería irme a casa! Con un grito ahogado termine por sacar el vidrio y lo arrojé lejos, con ira, la herida volvía a sangrar profusamente, coloque el brazo en el lavabo y con los dientes abrí el frasco del antiséptico, con los ojos cerrados y apretando la quijada, vertí el liquido en mi herida para desinfectarla, ¡Ardía mucho!, tomé un poco de  gasa y limpie la herida, tomé un trozo mas y la deje sobre mi piel abierta, cogí la venda y procedí a cubrir la parte de mi brazo lastimado con ella. Un par de vueltas bastaron para cubrirla… Tome las dos pastillas y de un jalón, las tome ambas y me las tragué, esperando encontrar rápido un poco de alivio, regresé a la sala y decidí sentarme un momento en uno de los sillones…
Una nube de polvo se levanto cuando deje caer mi trasero en el diván pesadamente… ¿Qué tiempo tendrán sin que alguien les haya dado una sacudida? Deje la mochila al pie del sillón y mire la mesa de centro… Fijé mi mirada en los periódicos esparcidos desordenadamente en ella… Eran viejas noticias deportivas, algunas mas sobre actividades culturales y chismes de farándula… sin embargo, apilados, habían otros más, en el había fotografías que llamaron mas mi atención… Eran servicios sociales, notas rojas y obituarios… Dios mío…
En una de esas notas rojas… Encerrados en círculos rojos, había 5 nombres con sus respectivas fotografías… Los rostros de las imágenes me resultaron familiares… ¡Eran 5 de las niñas que había visto en los letreros a mi llegada!... Empecé a leer sus nombres de nuevo:

Cynthia Lasko, 10 años, afroamericana, cabello negro corto, ojos negros hermosos, encontrada a unos metros de su casa en Wood Side dentro de un contenedor de basura, causa de la muerte: asfixia por estrangulamiento.
Agatha Brown, 11 años, caucásica, descendencia inglesa, cabello rubio oscuro, ojos verdes , encontrada en las orillas del Lago de Toluca, causa de la muerte: asfixia por sumersión.

Angélica  Ortiz, 12 años, mexicana, tez morena cabello negro, ojos cafés, encontrada en Barker Street dentro de un bote de basura, causa de la muerte: asfixia por atragantamiento.

Miyoko Aoyama, 11 años, japonesa, cabello negro, ojos negros, encontrada desnuda, en las alcantarillas de Campbell Street, causa de la muerte: asfixia por bronco aspiración.

Kumiko Zhou, 12 años, china, cabello corto azabache, ojos negros, encontrada en los edificios  de apartamentos de Pearl Creek, en las azoteas  causa de la muerte: degollamiento.

Todas, tenían algo en común… Las 5 fueron encontradas con evidentes signos de haber sido ultrajadas, según el diario, no había hasta el momento detenido alguno, pero si contaban con una línea de investigación en la cual figuraba un sospechoso en particular, sin embargo no pude leer el nombre de este sujeto, la parte donde escrito el nombre estaba había sido arrancada… ¡¿Qué clase de monstruo es capaz de semejante barbarie!?... Me quede atónita por unos momentos… a mi mente vinieron turbios recuerdos… sin embargo los deseche y seguí revolviendo los diarios hasta que uno volvió a llamar mi atención… Era la foto de  Mia Schajris… Toda una nota sobre su desaparición… En ese artículo, había una foto con su familia, en la cual… Una figura me resultó familiar… Con una amplia sonrisa, tomando a su hija por el hombro y rodeando con un brazo a su esposa,  estaba la imagen de Don Leo… Aquel tipo que en este momento se encontraba hecho polvo en el camino… Miré el pie de foto:
“El respetable empresario Leobardo Shajris junto a su amada familia”… De modo que… Aquella niña era hija de Don Leo… El artículo no había hecho nada más que agitar mi mente en busca de respuestas… En ese momento el efecto de las pastillas de ibuprofeno hacían un efecto somnífero en mi estado, poco a poco sentía como un sopor inundaba mis sentidos y sin mas, caí en un sueño profundo después de unos minutos…

No sé cuanto permanecí dormida… Sin embargo la sensación de que alguien me miraba hizo que me despertara… Parpadeé un par de veces y me incorporé del sillón hasta permanecer sentada, me di cuenta de que en efecto, ya no estaba sola en esa habitación, desde una de las ventanas que estaban en añicos, la silueta de un hombre prestaba su atención en mí, no hacía nada, no emitía ningún ruido, solo me miraba, no parecía asombrarse de encontrarse con otra persona en ese lugar… “Quizá esta sea su casa”- Pensé… intuitivamente me deslice hacia mi mochila y apreté el mango del bate con firmeza con una mano… Preparándome para lo que fuere…  con la otra mano empecé a palmear mi cuerpo, temiendo que aquel tipo hubiera hecho algo conmigo mientras dormía.
-Parecías cansada y exhausta… -Habló, su voz era gruesa- además estás herida, es por eso que eh decidido no despertarte… Debes tener sed, bebe agua.- Con un dedo, señalo un vaso con agua que había dejado en la mesa de centro, sobre los periódicos revueltos.
-N-no tengo sed… Gracias- De verdad no tenía sed, era raro-…. Disculpe… ¿Quién es usted?... ¿Vive en esta casa?... Si es asi de verdad lo siento… Yo…
-Se lo difícil que es andar por estos rumbos, no te preocupes… Has de haber dormido unas 3 horas, aunque por aquí no se siente el tiempo, la verdad… Si, vivo aquí, Me llamo Damián, Jaén- Al decir esto, poco a poco se iba acercando hacia la suave luz de las lámparas de la sala, descubriendo así sus facciones… Era un tipo delgado, de tez clara y pelo rojizo, sus ojos tenían un color marrón ya opacado con algunos años encima.
- Tu… ¿Cómo te llamas? Me preguntó mientras se sentaba en el sillón de enfrente de donde permanecía sentada.
-S-solo… Llámeme Maggie- Le dije con cautela… Mire de nuevo los diarios sobre la mesa y una tremenda curiosidad me llevo a arriesgar una pregunta seria.-  Una de estas niñas… ¿Era suya?...
Damián revolvió un poco la mesa, cogió uno de los periódicos y lo contemplo por unos instantes, levanto la mirada hacia mí y me extendió una página de aquel diario que había cogido.
-No… Por fortuna no… Pero si es ella…- En ese diario había la foto de una niña de tez clara y cabello rojizo,  su cara estaba cubierta de pecas y estaba adornada por un par de hermosos y grandes ojos verdes, se leía: “Se busca: Lara Jaén, edad 11 años, caucásica, ojos verdes, cabello rojo oscuro, estatura 1.44 m, seña particular usa brakets, vestía falda roja a cuadros con líneas negras, suéter azul y medias blancas, se le vio por última vez en Pleasant River”
-Desde que desapareció,  llevo investigando todo lo relacionado con el extravío de niñas de la ciudad y zonas aledañas, con la esperanza de dar con una pista, algo, que me lleve al paradero de mi hija, veo la relación con cada una de ellas… Y si te diste cuenta, el modo en que encontraron a cada una de estas niñas, no me alienta demasiado… No voy a descansar hasta encontrarla… Por desgracia, no tengo los medios que tiene el padre de la niña Shajris … Ese tipo se que es capaz de hacer cualquier cosa por encontrar a su pequeña, cuando quise hablar con el me enteré que había desaparecido… No me queda mas que esperar su regreso, por eso no me he movido de este lugar…
No hice más que tragar saliva, sentí nuevamente la punzada de las lágrimas lacerar mis ojos… Sabía muy bien que el señor Shajris se encontraba esparcido por la arena del camino en el que yo había llegado… Pero no sabía si tenía el valor de decírselo… Su única esperanza… La persona a la cual estaba esperando… Muerto de manera extraña y dramática… ¿Sería capaz de creerme?... “Leobardo Shajris, se hizo polvo poco después de haberme traído hasta aquí, esta muerto, lo siento”… Si, sonaba bastante extraño, mire dentro de la mochila y contemple una vez más aquel extraño emblema… No tenía de otra… Habia sido muy amable conmigo, el solo buscaba a su hija, de modo que apreté los puños… Y le conté el modo en que había llegado a esa ciudad maldita… A Silent Hill…



-¡Déjame ver ese emblema!- Me pidió Damián…- ¡Por favor, déjame verlo, no te lo quitare!-
Vacilante, metí la mano dentro de la mochila,  extraje esa redonda placa y se la puse en las manos…  Su cara en ese momento se transformó… Sus finas facciones cambiaron drásticamente al mirar el objeto, se incorporó de su asiento con firmeza y entonces exclamó:
-¡¡HIJO DE PERRA!!..........- con un movimiento brusco me devolvió la placa y se encaminó a la puerta  - Cuando quieras, puedes coger camino, quédate un rato, descansa…  O vete y ten mucho cuidado, en la cajonera de mi buró puedes encontrar algo que te será de utilidad… Debo hacer algo…- Me quedé anonadada… ¡¿Por qué ese repentino y drástico cambio de temperamento?! Me levante e hice ademán de ir detrás de el…
-¿¿Qué ocurre??... ¡¿Es que de verdad este emblema es malo?!- Damián se detuvo antes de abrir la puerta, se giró, apretó los puños y se acerco de nuevo a mi.
-Escucha muy bien, Maggie… Puede que nunca hayas estado en este lugar o incluso puede que nunca hayas escuchado de este sitio… Pero nadie llega aquí por mera casualidad ni por coincidencia… Aquí todos saben lo que hiciste… O lo que no hiciste… Deberás estar alerta… Nadie puede salir de aquí hasta no encontrar un propósito para hacerlo… Guarda muy bien ese emblema y que de verdad Dios te cuide… De lo único que debe importarte de lo que te dijo ese bastardo, es que no descuides la luz… La luz te trae a la calma… Ahora ve a esa habitación y coge lo que en el buró hay… ¡Yo debo hacer algo!


Y se fue dando un portazo… Dejándome de pie en mi lugar, estupefacta… ¡No entendía nada de lo que estaba pasando! Decidí ir a la habitación contigua para abrir ese dichoso cajón, dentro de esta, todo parecía estar en su lugar… la cama me pareció bien tendida como para pensar que alguien durmiese en ella… Decidí no darle importancia y abrí el cajón… Para mi sorpresa, dentro de una caja de plástico había un revolver… Según la caja, era un revolver 38 special  con capacidad para 6 balas en el cilindro, dentro del mismo cajón, habían dos cajas con municiones, al menos eran dos docenas, es decir, tenia 24 balas mas las que tenía el revólver en el tambor, también dentro del cajón descubrí un botiquín más y una ampolleta de morfina, mismas que decidi tomar… No sé a qué se refería con todo lo que me había dicho… Pero al menos quería estar preparada… cogí el arma y verifique que tuviese el seguro, acto seguido lo lleve al cinto en la parte de la zona lumbar y lo cubrí con mi blusa, lleve las municiones  y las demás cosas a la sala y las metí a la mochila, cuando cogí la mochila y la llevé al hombro me pude percatar que algo en el ambiente… No parecía nada normal

miércoles, 25 de mayo de 2016

Sueño o pesadilla parte ll

Aqui continuo con mi historia (basada en un principio por un sueño que tuve)... Espero lo disfruten:



2

Todo está oscuro y huele mal… Hace mucho viento pero por alguna extraña razón… No tengo frio… Me enfrento a este sitio con una indumentaria bastante casual y sin abrigo… Qué bueno que no elegí el vestido de gala para esta ocasión… En un lugar como este me vendría fatal… Llevo en el bolsillo aquella extraña hebilla que quite del cinturón de aquel viejo, algo me dijo que iba a necesitarlo… Sé que eh visto ese emblema antes pero… ¡¿Dónde?!...  Yo aun sigo incrédula… Las últimas palabras que aquel viejo me dijo no dejan de bailar en mi cabeza… “La luz te trae a la calma”, sin embargo no hay ni una luminaria, ni un foco prendido a la redonda, Lo único que sé es que debo seguir caminando…
Intenté regresar sobre mis pasos, en el momento en el que Don Leo, sucumbido por una especie de maldición, seguía envejeciendo hasta hacerse polvo, aun puedo contemplar horrorizada el momento de su agonizante transformación, sus ojos de suplica cuando la piel de su cara se iba secando, cuando perdió definitivamente todo el cabello y como su cráneo poco a poco quedaba expuesto, Sus huesos porosos… Solo quedo la vestimenta que hasta hacia unas horas se le veía bastante apretada… Corrí por el camino por donde habíamos llegado pero, la hierba había crecido desmesuradamente misteriosamente, las espinas lastimaban mis brazos y manos cuando la apartaba de mi camino, cuando creí salir de ella casi me caigo por un descomunal abismo surgido de la nada, la neblina no dejaba ver el final de ese abismo y ni lo que había del otro lado de el… El sitio donde sabia se encontraba mi familia… Sentí la punzada de las lagrimas en los ojos, mi quijada castañeaba, mis tripas daban de vuelcos en mi interior y el estomago se me hacia pequeño, no me quedo remedio que volver y enfrentarme a mi suerte… La ropa del viejo allí seguía, ni por que el viento empezaba a soplar con más fuerza,  creí que entre esa ropa debería encontrar algo que me ayudara, solo encontré una caja de cerillas y una llave de plata, pero por alguna razón extraña, decidí coger este emblema…





Los edificios lucen realmente escalofriantes, el ambiente es tenso, y amenaza con llover, solo se oye el ruido de mis propios pasos, se que debo de andarme con cuidado por estos lugares, mientras sigo caminando un par de gotas de lluvia caen sobre mi blanco rostro, no me apetece para nada mojarme en este momento… ¡Debo encontrar refugio!... Aunque sobrepeso el detalle de que en esta ciudad, ningún lugar es seguro, aunque se, que puede ser peor…  Camino más aprisa hasta que el piso bajo mis pies pasa de un camino de tierra a uno con asfalto, las gotas de lluvia me siguen amenazando, antes de cruzar por una calle más, algo llama mi atención… En un muro de ladrillos rojos hay letreros de niñas desaparecidas en una gran extensión… Paso leyendo cada uno de ellos… Son unos 9 letreros, cada una de esas niñas eran diferentes, de diferentes ojos, diferentes etnias, clase social… Solo en un letrero se ofrecía una recompensa con una cantidad de dinero bastante jugosa… Un triste pensamiento llego a mi cabeza: “El dinero lo puede todo”… Pero al parecer no era la ocasión… Al igual que el resto, todos los anuncios se veían viejos y descoloridos… Quien sabe cuánto tiempo tenían allí… Leí el nombre del letrero de la niña de la recompensa…  Mia Schajris, edad de 11 años… Era una niña caucásica de pelo rojo, la cara cubierta de pecas y adornada con una agradable sonrisa… Muy dentro de mí deseé que hubieran dado con ella… En el último letrero había una inscripción hecha con carbón: “¡¡¡La policía no hizo nada!!!”, como siempre, pensé, en ese momento, una lluvia ligera empezó a caer…
Pude entrar por una ventana abierta a un almacén, al parecer era una antigua boutique de souvenirs de la ciudad, cerré con cuidado la ventana por donde entré, estaba oscuro… Recordé la caja de cerillas que había tomado de la ropa de Don Leo y prendí una, el lugar era bastante tétrico, una pila de viejos maniquíes yacían en una esquina, algunos aparadores estaban con los vidrios rotos, me aproxime a uno de ellos para poder ver si había algo que me pudiera servir, una lámpara, una navaja, o siquiera una vela; camine lentamente hasta que el fuego de la cerilla laceró mi piel, con un quejido le deje caer y rápidamente abrí la caja para encender otro, cuando le encendí, creí que me daría un infarto cuando enfrente de mi, iluminado por la débil luz del cerillo, ví el peluche de un conejo con overol rojo, sonreía lacónicamente y su mirada lucia perturbadoramente perdida… Retrocedí un par de pasos y decidí buscar por otro lado. Llegué al mostrador, sobre de este, entreabierto había una vieja mochila la cual decidí tomar, busque dentro de ella pero no pude encontrar nada que me sirviera más que una vieja guía de la ciudad, en el cual había un desvencijado mapa de las “zonas turísticas”, tomé la hebilla y la guarde dentro de esa bolsa, abrí el cajón del mostrador y pude soltar un suspiro de tranquilidad,  dentro había una lámpara de mano de aluminio, rápidamente la cogí y con alivio comprobé que tenia baterías, solte el cerillo y lo cambié por la luz de la lámpara, cuando me gire hubo otra cosa que llamo mi atención, un maniquí de los que yacían en el suelo parecía haberse puesto de pie, dirigí la luz a este por un momento, y después de corroborar que no pasaba nada no le di importancia, abrí otro cajón y extraje dos botiquines de primeros auxilios, “Una nunca sabe” pensé y los metí en la mochila, también saque un pequeño bate de beisbol de madera y lo guarde igual en la maleta, me dirigí a la registradora y la abrí sin dificultad, adentro habían tres monedas de diferente denominación y decidí cogerlas… un ruido llamo mi atención de nuevo y levante la mirada, dirigí la luz de la lámpara al lugar de donde provenía el ruido… El maniquí parecía haberse movido de nuevo, parecía que había caminado unos pasos más, mi corazón empezó a bombear mas aprisa, algo no andaba bien, quizá fue por estupidez mía o esa insana curiosidad que muchos tenemos en situaciones extrañas que decidí apagar la lámpara por un momento…  Se escucharon pasos, pasos lentos y descuadrados, poco a poco sentí el ambiente tenso, cuando los pasos se escucharon mas cerca volvi a prender la lámpara solo para darme cuenta del horror que había delante mio… Ese maniquí se había detenido justo enfrente de mi, llevaba en las manos un tubo con una terminación en punta el cual blandía en mi dirección… ¡Esa cosa me quería matar!... Las palabras de Don Leo regresaron a mi cabeza: “La luz te trae a la calma”… Llevé la mochila al hombro y bordee a ese horror sin dejar de iluminarla con la lámpara, necesitaba salir de allí… Empecé a escuchar otro ruido similar, ¡No era el único maniquí!, por un momento las piernas me flaquearon, cogí el bat con fuerza y me prepare para la batalla… Aunque con miedo… Mientras, en la calle escuche un ruido familiar el cual me ocasionó sorpresa y alivio… ¡Tenia que salir de allí!... Senti una presencia atrás de mi e intuí que era el otro maniquí, girando sobre mis talones asesté un golpe firme y seco sobre lo que estaba a mis espaldas, se escuchó un gemido de mujer, el contacto del golpe fue contra una superficie de madera, definitivamente le había dado al maniquí y aprovechando el aturdimiento, conseguí llegar a la ventana, la abrí y salte justo en el momento en el que un tubo reventaba los cristales de aquella ventana.

Corrí a mitad de la calle e intenté encontrar con el oído el ruido que hace unos momentos había rasgado el ambiente… No parecía repetirse, ¿Acaso el miedo me hace escuchar cosas también?, agudice mas mi oído y finalmente puede escucharlo… Cerca muy cerca… Una sirena… Una patrulla se aproximaba… ¡Esta a la vuelta de esta esquina! ¡Quizá ellos puedan sacarme de aquí! Corrí a su encuentro.
Lo vi de frente, una débil neblina hacia que el carro policial se viera opaco pero allí estaba, lucia viejo, un auto como de los años 50, la torreta estaba apagada, se aproximaba a mi, de pronto, mi alegría se convirtió en incertidumbre, y después en pánico… Se oyeron un par de detonaciones, alcance a ver dos destellos a lado mio, uno de ellos impacto con un poste y otro hizo añicos una maceta… ¿¡Me estaban disparando!?... Si… ¡Me estaban disparando!...


Sonó una tercera detonación, esta vez sentí la ráfaga cerca del rostro, estaban mejorando su puntería… Corrí al lado opuesto de la acera, una ráfaga mas reventó el vidrio de una ventana, una más, esta paso rozando mi cabeza y dejándome un zumbido en el oído de lo cerca que pasó, seguí corriendo y la patrulla avanzo lentamente atrás de mi, mientras seguía tiroteando, llegue a un callejón y me metí por una reja abierta que daba a un jardín descuidado y lleno de hierba, la patrulla nuevamente emitió dos timbrazos anunciando que estaba cerca… Estaba acorralada… Mis lágrimas empezaron a acudir a mi desencajado rostro… Mi corazón estaba a mil por hora, mis manos sudaban y mis rodillas temblaban, cruce la hierba con rapidez y empecé a buscar una posible salida… en medio de la hierba, mi pie derecho alcanzo a patear un tubo, mire hacia abajo y corrobore el hallazgo, era un tubo largo con un gancho en la punta, mire hacia un muro y alcance a ver una escalera contra incendio, el ruido de la patrulla estaba ya sobre el callejón, apresure a llegar a la pared y con varios saltos, logre coger con el gancho uno de los peldaños de aquella escalera, la cual con un sonido metálico, descendió y sin pensarlo, subi por ella… La patrulla arribo al espacio en el que estaba, desde la ventana de esta se veían las sombras de dos tipos, los patrulleros, a los cuales jamás le mire el rostro, sacaron los brazos por las ventanas y continuaron disparando, una bala rompió una ventana, los vidrios estallaron y un cristal se incrustó en mi antebrazo izquierdo, sin embargo, a pesar del dolor inferido a mi extremidad, aproveche para saltar sobre aquella ventana recién abierta, y asi guarecerme de los ataques… Al menos, eso pensé… 

viernes, 20 de mayo de 2016

¿Sueño o pesadilla?

Hace unos dias tuve un sueño... Tan real que desperte con una extraña sensacion en la medula... Me dio por hacerlo un relato de varias partes... Sea como desahogo o por simple gusto de la escritura...  Puede sonar bastante fantasioso pero... Ya saben que aquí exorcizo mis demonios... Tiene que ver mucho con la franquicia de video juegos que me gusta mucho y al final del texto, sabran cual es... espero que lo disfruten...


1


…Esta sucia…
No me eh dado cuenta, esta agua, con la que me estoy refrescando el rostro esta sucia… Tiene lama, luce verdosa y grumosa… ¿Cómo es que no me eh dado cuenta siquiera por el olor?, hago una mueca de asco y miro el interior del cubo para verificar ese hecho… Risas… Unas risas de niños  llaman mi atención y caigo en cuenta de que estoy rodeada, son un total de 7 niños, tres niñas y cuatro niños me miran divertidos, una sobresale, la que llama mi atención, una pequeña rubia de pelo largo rizado y ojos azules, me mira mordiéndose una uña y acto seguido, señala sutilmente la cubeta en la que tome el agua para refrescarme… Esta limpia… Ahora el agua es clara, sin grumos ni olores fétidos… ¿¡Qué carajo!? Volteo a mirar y los niños han echado a correr, pero de aquella niña rubia no hay rastro, solo veo a 6 pequeñines corriendo hacia adentro del salón.
Escurro mi rostro con ambas manos y contemplo como el atardecer va llegando a ese espacio, estoy en un gran jardín, luce descuidado, hierba crece por doquier, una hierba sencilla  y corta, cierro bien el grifo de donde tome el agua para aminorar mi calor, deben ser figuraciones mías, después de todo eh pasado todo el día trabajando yendo y viniendo en este lugar para que todo saliera perfecto, debo aceptar que la afluencia a este evento fue perfecta, mi jefe ha de estar satisfecho con los resultados… Decido entrar no sin antes girarme a observar por última vez, la clase de lugar en que se decidió que se hiciera el evento, un gran salón en medio de un terreno grande y baldío…  ¡Qué tacaños!. Voy secando las manos en los costados de mis tejanos, a lo lejos contemplo a mi familia, prestos para irse ya del evento, apresuro el paso para darles el encuentro, allí esta mi madre, luce preciosa con ese vestido azul ultramarino que eligió, siempre ah estado orgullosa de mi, su sonrisa siempre es tan contagiosa, mis sobrinos Diego e Isaac, van sucios de jugar en el descuidado jardín, que ternura, ¡Mira! ¡Allí esta mi tio “Bob”! ¡Si vino a final a mi demostración!, su porte rudo de antiguo militar lo precede, no puedo evitar “cuadrarme” cuando estoy frente a el… Mi padre no aparece… Debe estar con el… Después de todo para ambos, el cuadrangular de beisbol que dan por la tele es como una religión para ellos, aunque me conforta saber que le eh evitado,  me hubiera gustado ver a mi papa con nosotros. Mi hermana luce una sonrisa de oreja a oreja cuando me ve acercarme a ellos, llego el momento de irnos, pensé…
-¡Eh, Maggie!, pensé por un momento que te iba a dar el torsón en algún momento, pero hay que reconocer que el lugar te quedo increíble.- Dijo mi hermana cuando llegue a donde estaban ellos.
-Mira que el mérito no es solo mío, mi jefe a dispuesto todo lo que en este lugar hacia falta para que saliera perfecto, las sillas donde se sentaron, la música, vaya hasta el aromatizante de pino fue elección de el.
-Hija pero, ¿No pudieron escoger un lugar más cercano a la ciudad?-Terció mi madre.
-Esa ni siquiera fue elección de mi jefe… Si no del socio encargado de la presentación cultural, es algo raro…
-Raro en que aspecto, pequeña.- Mi tío Bob se acerco protector, inflando el pecho.
-tranquilo Tío, solo es algo excéntrico desde que se presentó en la oficina, no dejaba de sudar y lucir siempre agitado, parece que el…
-¡¡Maggie!! ¡¡Ven, corre!!- Se oyó la voz gruesa a grito pelado de mi jefe desde el otro lado de la sala- ¡Busca a Don Leo por la puerta del estacionamiento!... Quiere que le acompañe alguien por algo a su auto y eres la única que queda! ¡Te encargo!- Yo me encogí de hombros mirando a mi familia, bueno, supongo que no me llevará mucho tiempo y aunque mi familia me mira consternada, saben que debo cumplir con mi trabajo.
-¿Me esperan aquí, o los veo a la salida?- les pregunté
-De aquí no nos movemos hasta que regreses mi amor.- Dijo con una sonrisa y endulzo su mirada… Mi madre…  como la amo.
-Ok, ya regreso.

Avance a grandes zancadas por la gran galería, los adornos aun seguían en su sitio, los globos en las ventanas, los listones en las paredes, incluso el gran candelabro en medio del lugar, del cual colgaban pendondes con los logotipos de la empresa, o eso creía… De nuevo vi al grupo de niños correr hasta esos listones que por el peso yacían ya arrastrando las lonas por el piso, les vi correr en círculos alrededor de ese candelabro, jugando y riendo en su infantil juego… hasta ese momento me percate horrorizada del dantesco cuadro… Los niños no se colgaban de esas lonas, no eran las lonas con los logotipos, mas bien lucian como cuerpos, eran, esqueletos… Esqueletos enfundados en vestidos de mujer, estos giraban a cada vuelta de los niños, arrastraban sus huesudos pies sin provocar ruido, mis ojos no daban crédito y mi corazón creía que se detenía cuando sentí una mano, igual de huesuda sobre mi hombro derecho… Giré rápidamente para encontrarme con la mirada perdida de Don Leo.

-Maggie… Gracias por acompañarme, se que ya te quieres ir, pero no puedo con lo que debo hacer yo solo… ¿No tienes algún inconveniente en ayudarme?.- Don Leo era una persona de unos 60 y pico años, el pelo negro con canas en las patillas, delgado y de apariencia algo frágil, vestía con un pantalón negro y saco gris de marca, unos zapatos negros inmaculados y lucia un extraño cinturón con una hebilla en forma de circulo con unas raras grecas dibujadas en el… Me parecía haber visto esa marca en algún lado… Quiza en la televisión, o es el logotipo de alguna marca en especifico… Bueno no le di importancia. Gire de forma brusca hacia los niños y el candelabro… Los esqueletos se habían ido, ahora solo lucían esas lonas con logotipos… Parpadee un par de veces para verificar que mis ojos no me estuvieran jugando una mala pasada…
-N-No, señor… Con gusto lo ayudo- titubee
-¡maravilloso! Vamos a donde deje mi auto, esta hasta el fondo, debemos ir antes de que termine por anochecer.
Avanzamos por un largo trecho para llegar a la puerta del estacionamiento norte, había que recorrer otra más para llegar hacia el parking de la zona sur, el cielo poco a poco empezaba a ocultarse, la luz del ocaso acariciaba una larga y abundante hierba que parecía haber salido de la nada, la cual resplandecía en colores ocre y fuego, un color realmente maravilloso, caminamos en silencio por unos minutos, yo miraba de soslayo a mi acompañante, tomando mis precauciones,  aunque confiada en que un tipo con su porte y su edad, no sería capaz de intentar nada…
-debemos de llegar antes de que el sol se oculte… O será más difícil encontrarlo
-¿Encontrarlo?- pregunte…
-Solo la luz es la guía, la noche no augura nada bueno-
-oiga, pero solo vamos por su auto, ¿a que se refiere?- Pregunté sin éxito de respuesta… Me percate de que el solo hablaba en voz alta… Como si no existiera en ese momento… Gire hacia mi izquierda, vi las ventanas del lugar en donde mi familia me aguardaba, me dieron ganas de correr y meterme por alguna de esas ventanas, pero, algo parecía diferente… La pared lucia muy gris y desgastada…  Marcas de humedad cubrían la mayor parte del recinto, di un par de pasos más y note la superficie del terreno lodosa, volví a buscar a don Leo con la mirada el cual ya le llevaba unos pasos adelante, de la nada había disminuido sus pasos… No solo eso… Lucia más cansado… Y había dejado de hablar, mire hacia las ventanas de nuevo y algo extraño volvía a suceder… Ya era de noche… ¡¿Cómo era posible que tan de pronto oscureciera?!... Las ventanas del recinto estaban pagadas… ¡¿Ya no había nadie!?, me regrese a encontrarme con mi acompañante y algo mas estaba fuera de sitio… Lucia más viejo… Las canas que tenía en las patillas ahora se extendían hacia la nuca, en la parte de la coronilla donde antes lucia una mata regular de cabellos color negro ahora daba lugar a una gran calva, la frente lucia cubierta de arrugas surgidas de la nada, pigmentadas por manchas raras color marrón… Propias de la edad de un anciano… su paso era lento y su cuerpo se había curvado… En ese momento una sensación desconocida recorrió mi médula espinal en conjunto con una serie de sensaciones… Miedo, incertidumbre, desasosiego… Pánico…

Don Leo cayó de bruces.

-Es tarde mi niña… No lo conseguí… Perdóname por lo que te he hecho…- Me dijo el extraño anciano cuando le cogí por un brazo para ayudarlo a levantarse un poco… Un viento sopló, gire alrededor y me percate de que no estábamos mas en el terreno baldío, había aun la hierba del camino, había una oscuridad aterradora… Estábamos rodeados de edificios de ladrillo rojo viejos con las ventanas rotas o apuntaladas con tablones, en algunas solo se veían habitaciones oscuras sin ápice de vida, habían paredes metalicas con señales de oxido y corrosión, botellas de vidrio viejas arrumbadas en algunos rincones… No había nada mas, ni un alma, más que las que en ese camino de hierba habían llegado… Con dificultad levante al anciano y con voz en un hilo le pregunté… ¿¡Donde carajos estábamos!?... Su respuesta me petrificó…



-Estamos…. En Silent Hill… 

miércoles, 7 de octubre de 2015

Hasta que la muerte nos separe

Ya estamos en esa época del año, en el que las noches se vuelven deliciosamente frías... Vamos por las ultimas celebraciones del 2015... ¡La navidad se acerca!... Pero antes... Debemos disfrutar la temporada de día de muertos y ¿Porque no?... De aquella sensación escabrosa que trae el halloween consigo... Ese inquietante cosquilleo en la espina dorsal...
Comparto la siguiente historia escrita que me han compartido y que me enchino la piel...  Espero que la disfruten, así como yo lo hice...

Hasta que la muerte, Nos separe.
Yo sabía que vendría… Después de todo, podría ser que lo que siente puede ser más fuerte de lo que dice y que sus acciones… Viene desde atrás, con las flores que me gustan… Con esa vieja chaqueta negra de cuero… El cabello alborotado… Quizá por el viento, quizás viene corriendo… Quizás se lo ha revuelto el mismo desesperado… Tiene sendas ojeras debajo de los ojos, al parecer no ha estado durmiendo, o quizá se la ha pasado llorando… Viene por mí… Pero ya es demasiado tarde…
Estamos esperando al sacerdote… Llevamos esperando demasiado tiempo… Mi vestido blanco es un verdadero contraste… Todos lucen sus mejores ropas, todos esperan el gran evento, mi madre está llorando… Mi padre… El cual siempre me había consentido, el que siempre permanecía fuerte, férreo a sus decisiones,  el que en la mayoría de las veces terminaba con mis ganas de querer equivocarme con un severo “NO”, mi padre, también acompaña a mi madre con su letanía de llantos y lágrimas… Mami… Papi… Estaré bien… ¡Ya lo verán!
Poco a poco, él se va acercando hasta donde me encuentro, todos, parecen consternados con su sola presencia… Mis tías, las que siempre me han apoyado se consumen entre palabras como “¡¿Cómo se atreve?!” y  “¡Que descaro!”… Mis viejitas… Como las amo…
Mi hermano ah salido a interponerse en su camino, parece el doble de su estatura, ambos permanecen de pie en el pasillo, sin decirse nada, se miran fijamente, todo es silencio, aquel suplica con la mirada, mi consanguíneo no deja de mirarlo, con un rictus severo… Pero parece ceder, se hace a un lado. Allí viene,  ahora mi padre parece que quiere detenerlo, pero mi mama lo detiene… Quiero que se acerque, quiero escuchar lo que tiene que decirme… Tuvo su oportunidad… Quiero saber que viene de su boca, creo que me hace falta…
Me entrega el ramo de flores en las manos… Gardenias blancas… Amo ese aroma, siempre me han gustado… Pero no puedo articular palabra… Fue mucho el dolor que me provocaron sus anteriores palabras… Las ultimas que me dijo antes de que todo terminara, se le nota arrepentido… Se ha quebrado… Lágrimas, ahora recurre a las lagrimas… “-Hola”…. ¿Qué fue eso?... ¿Ha dicho algo?... sus palabras son inaudibles… “-Esto no tenía que terminar así… No debía… Ojalá pudiera hacerte comprender que te equivocaste al tomar esta decisión… Pero es demasiado tarde”…. Si… Lo es, ahora es muy tarde, ahora estamos en esta posición… Pude dejarte ir… A mi manera… Son tantas cosas las que le podría decir… No sé si es mi orgullo, pero no me permito decirle nada… Sigo callada… “-Lo que daría por saber que me has perdonado… Lo que daría por volver atrás y evitar todo esto… Yo debía ser quien te cuidara, yo debí ser el que tuviera la valía para sacarte adelante... Yo… Yo… “. Llanto, no puedo más… Mis propias lágrimas me han abandonado… ¿O es que me he acabado todas? ¿Es que me eh vuelto fría por el dolor? Simplemente no me nace llorar más… No puedo, ya no puedo…
Allí viene el sacerdote… ¡Por fin!... Vamos a continuar con esto, todos se ponen de pie y se giran para recibirlo, sus pasos resuenan, una suave melodía del organelo  empieza a sonar en aquella capilla, mi padre y mi madre se acercan a mí y lo reciben  entre lagrimas, “Tomen asiento, por favor”… Y empieza con el ritual… Si… Ya es demasiado tarde para dar vuelta atrás… “-Hermanos y hermanas… “Yo tomé esta decisión… “-Estamos aquí reunidos”… La que se supone era la mejor para mi…”-En la casa de nuestro señor”… En mi egoísmo… “-para pedir por el alma de su hija”… En mi cobardía… “-Quien dispuso de su vida, quien se adelantó por su propia cuenta, al encuentro de la vida eterna”… Abandone una hermosa vida… Que no era mía… Por una infame razón…

Honor a quien honor merece:
Chan (twitter: @j049u1n1984 y tambien : @Hidekioficial).


jueves, 13 de agosto de 2015

Lo que no puedo cumplir

A continuación, un relato algo subido de tono, protagonizado por Chii... Espero que les guste... Ojo, si son de mente susceptible no lo lean.... Tiene algo de contenido explicito 




“Alguien que me quiera…
 Alguien que sea para mí…
 Aunque no pueda cumplirle sus deseos”…

Las palabras resonaban en la pequeña cabecita rubia que yacía en la colchoneta,  los ojos de color avellana miraban hacia el techo con inexpresividad…  La noche imperaba en aquellos momentos, el ruido de un pequeño grillo a la lejanía era el sonido predominante en ese instante, el ladrido de un perro se escuchaba en alguna parte, sobresaltado por algún motivo…

La pequeña  Chii giró su cabeza, su mirada se clavó en aquella espalda masculina que dormía a su lado, su Hideki…. ¿”Su” Hideki?... El vaivén de su respiración a su modo, era relajante para ella, dormía, solo dormía… Se incorporó poco a poco de su lecho, procurando no moverlo demasiado, mucho menos a la pequeña Sumomo, que en ese momento también se encontraba sumida en un proceso de hibernación de sistema… (También duerme, pensó ella).
La pequeña figura de Chii era reflejada por las luces de las farolas de la calle, sentada, recargada sobre el muro, contemplaba mejor a “la persona que fue hecha para ella”, inerte, mermado por el esfuerzo diario , una combinación de horas de trabajo arduo y de preparación academica, el uniforme de su trabajo permanecia en el suelo junto al suyo de la pastelería “Tirol”, un hermoso vestido que el señor  Ueda le había dado,  en el piso, regados, estaban alrededor de cinco libros de diferentes materias, los cuales Hideki repasó hasta el cansancio… Lo miró moverse,  Chii tomo impulso de levantarse al pensar que se estaba despertando, sin embargo solo se movió, giro un poco más y nuevamente permaneció quieto.

-…Chii…- Dijo a tono muy bajo, un tanto desilusionada, esperaba que se despertara un poco, quería verlo sonreír, quería saber que no se había ido a la cama enojado o molesto con ella… Era tortuoso… Pero no se volvió a mover.  Chii se incorporó, la camisa que usaba de pijama en ese momento se abrió por completo, su delicada figura quedó expuesta, al cabello ondeó con el movimiento, su pequeño vientre  y dos delicados pechos reflejaron la luz que se filtraba por la ventana, las manos, que hasta ese momento le colgaban por sus brazos  a los costados, se dirigieron a diferentes direcciones…  Una, fue hacia su boca, cuando llevo los dedos a los labios, cerró los ojos, los besos dados, el contacto con los labios de su Hideki, aun podía sentirlos, aun podía sentir esa sensación que le provocaban esos besos, aun podía recordar, la respiración agitada de su amado, aun podía sentir la mano de aquel chico posada en su mejilla, aquella caricia que mudo de sitio hacia uno de sus pechos y sintió el breve apretón que le prosiguió en el momento…
La otra mano se dirigió al sur de su anatomía, subió por el muslo y llegó a la entrepierna, cubierta por unas delicadas bragas en ese momento…  Simuló el viaje de la mano del chico dormido, recordó la caricia hecha por encima de aquella prenda, contorneo con sus dedos aquella parte especial… Y de súbito recordó el final abrupto de aquellas caricias…

-………No  te quiero perder…- Fueron las palabras de Motosuwa, las manos cayeron derrotadas a los costados, Chii permaneció inmóvil en ese momento, Hideki no hizo más que agachar la cabeza, acercarse a su amada y fundirla en un abrazo…
-Hideki, es la persona que Chii eligió… Él es el único que puede entrar aquí- Respondió la pequeña… Con una sonrisa fingida, el la beso nuevamente, y acariciando su cabeza le respondió:
-No, si el precio a pagar es muy alto… Tu y yo sabemos que pasaría si nos hiciéramos uno… Te perdería para siempre… Tus recuerdos, lo que te hace ser Chii… No quiero perderte… Vamos a la cama…

*******************************************************************************

Aquella tarde había sido lluviosa a muy temprana hora… La gente se había hecho menos por ese detalle al inicio de la lluvia, pocas personas caminaban refugiadas por sombrillas e impermeables, humanos y persocoms se apuraban a encontrar algún sitio donde guarecerse hasta que mermara un poco…
-¡Eh! ¡Qué has vuelto a dar la vuelta equivocada, Chii!- chilló la vocecita de sumomo, que se encontraba en el hombro de la aludida- Después del siguiente parque a mano derecha ¡Vamos ya!-
Con el cabello recogido en una gran trenza, y con un ceñido impermeable, caminaba Chii, sujetando una sombrilla y con la otra mano, sujetaba una bolsa de víveres, destinada a convertirse en una suculenta cena que su amado Hideki pudiera saborear cuando llegase de trabajar.
La lluvia parecía arreciar un poco más cuando llegaron al citado parque, pero la pequeña no acelero el paso, con total calma contemplaba el paisaje, el riudo de la lluvia sobre los charcos era lo único que se escuchaba. -¡Eh, Chii! ¡Date prisa antes de que empeore el clima!- Chilló Sumomo, pero la pequeña, hizo alto total… Con curiosidad, miró hacia uno de los extremos del parque, cerca de un portón de un conjunto habitacional… En medio de la lluvia, inmóvil, se encontraba una persocom, mojada de pies a cabeza. -¿Chii?....-
-¡Pero! ¿Quién a dejado a una persocom en medio de la lluvia?- Terció Sumomo mientras que Chii se aproximaba a ella… Era una persocom muy bonita, el cabello color azabache largo y mojado, grandes ojos negros, estatura promedio, y dos orejas metálicas características de ellos saliendo de los costados de su cabeza.
-¡Eh, chica!... Que te puedo preguntar si estas extraviada pero eso sería ilógico siendo un ordenador, pero… ¿Estas perdida?- Volvió a preguntar Sumomo.
-Buena tarde, no, no estoy perdida- Respondió esta.
-……. ¿Dónde está tu persona?...- Preguntó Chii, con una gran sonrisa, la persocom señalo hacia arriba, hacia una ventana con las luces apagadas y con la cortina cerrada. –Está allí… Me dijo que esperara… Venimos a ver a una persona, a una mujer especial para mi amo… Pero me dijo que yo no puedo entrar, necesitaban intimidad… Yo lo espero aquí.
 -¿Chii?.... ¿Y qué están haciendo con las luces apagadas?- pregunto inocentemente Chii.
-Al parecer todo indica que están teniendo sexo- Respondió Sumomo con acento autómata, la chica persocom cerró los ojos y asintió. –Mi amo refiere que a él le gusta llamar eso como “hacer el amor”.
-¿Hacer el amor?- Pregunto de nuevo la pequeña.
-Me ha dicho también que, cuando dos personas se quieren y se aman, es normal que deseen estar juntos, que quieran hacerse uno en ese acto, es una forma de sentirse más unidos... Yo debo esperar aquí… Y cada que el sale, nos vamos a casa contentos… El parece más feliz… Al final es lo que debe importar, ¿No?... Que nuestros amos sean felices…
-Hacer el amor……. –Repitió Chii, y de pronto, las luces en el interior de la habitación, se encendieron…


Los recuerdos de aquella tarde continuaron avanzando en la cabeza de Chii… Hideki llego esa noche sacudiendo una sombrilla, aun con el uniforme puesto, sonriendo al ver a su pequeña amada quien, en gesto de bienvenida, se le arrojo al cuello, invitándolo a sentarse y al cabo de unos minutos,  le sirvió la cena. El traje del chico ya estaba en el suelo, mientras engullía la deliciosa cena que Chii le había preparado repasaba un libro que había sacado de su mochila para ponerse al corriente con sus estudios, la pequeña le veía en silencio, ensimismada en el recuerdo del encuentro con aquella persocom en medio de la lluvia… Hacer feliz a Hideki… Pensó… “… El parece más feliz… Al final es lo que debe importar, ¿No?... Que nuestros amos sean felices…” después de recordar la última línea, se levantó, su hermoso vestido se deslizo  con el movimiento  y se posó a su lado, Hideki volteó el rostro sonriente, contemplándola con curiosidad.
-¿Qué pasa, Chii?
-Hideki… Tu ¿Quieres ser feliz?- El chico parpadeo un par de veces ante esta pregunta sin perder la sonrisa.
-Pues… Si… Creo que es derecho de todos querer  ser felices y buscar la manera de serlo.
-Hideki… ¿Quieres ser feliz con Chii?- pregunto la Chobit.
-Tu sabes que si, Chii- acto seguido, le acarició la cabeza… La chiquilla se levantó, y mirando a su amado a los ojos, le espetó:
                                                                                -¿Quieres hacerme el amor?



El hermoso vestido cayó al suelo por impulso de la gravedad,  ya repuesto del atragantamiento, Hideki besaba con pasión los labios de su pequeña Chii,  que solo permanecía vestida con un conjunto de ropa interior, con ambas manos, el muchacho soltaba el broche del sujetador de su amada, subió una mano a la mejilla y poco después fue contorneando el cuello, hasta llegar a los recién liberados par de senos de la pequeña, acariciando uno y apretando con sutileza el otro… Los ojos de Chii permanecían cerrados, digiriendo toda clase de emociones en ese momento…  Hideki es la persona que ella ah elegido, es, su persona especial… Aquella persona que debe quererla aunque ella no pueda cumplir con todos sus deseos…  Una voz pareció emerger de lo más profundo de su cabeza… “¿es lo que en verdad deseas?”…. “yo solo quiero hacerlo feliz”… Se respondió… “¿Y es así como el puede serlo?.....” ¿y si no… como debe ser?”….. “Al final…. Es él, el que debe tomar esa decisión”…. La voz desapareció… Una sensación diferente llego justo en el momento en que Hideki, metía la mano por debajo de la braga… Una sensación que hizo que se paralizara por momentos…

-………No te quiero perder……- Fueron las palabras que terminaron con aquella sensación…


Chii miraba por la ventana, con la camisa abierta, la luz escasa bañaba sus expuestos pechos, el ver a su amado irse a la cama con un gesto de frustración le quemaba por dentro… tenía una mano tocando su entrepierna, por encima de la ropa interior… “Sé lo que me pasara si intento hacerme una con Hideki”… Eso la entristeció, ella quería hacerlo feliz… REALMENTE QUERIA… pero sabía muy bien que su condición no le permite cumplir con todos sus deseos…  ¿Qué debería hacer?......
Dos manos, de la nada, acariciaron su vientre, sentía el contacto de unos labios por encima de su cabeza, aquellas manos se deslizaron hasta los pliegues de la camisa, cerrándola poco a poco, las manos volvieron a su estómago y allí permanecieron, con los dedos entrelazados, cerniéndola en un abrazo protector…
-Hideki…
-No creas que no siento cuando no estas a mi lado… No lo pienses mucho, Chii…
-Quiero hacerte feliz…
-Lo haces… Lo haces, COMO CHII, desde que supe que soy la persona que fue hecha para ti soy consciente de todo… De lo que quiero…
-Pero, no puedo cumplir con todos tus deseos…
-Cumples el más importante…  Chii… A si como yo soy esa persona que buscabas… Todo indica que al final, eras tú la que fue hecha para mi… Y no quiero perderte.
-….¿Chii?....
-porque ya tome esa decisión, Chii… Me haces tan feliz…. Muy muy feliz…


La pequeña se giró, acaricio al chico por las mejillas y le dio un beso apasionado, el cual fue correspondido, Hideki la tomo por la cintura y la jalo hacia a él, tomándola por el trasero la cargó y la llevo a la colchoneta. –No te vuelvas a escapar asi de mi… Me haces falta por las noches…- Le dijo a la pequeña una vez teniéndola acostada y arropada, Chii en respuesta, le acarició los labios, y sumida en una dicha profunda le sonrió y permaneció unida a él, en un calido abrazo.


imleita

martes, 16 de junio de 2015

Para variar un poco... 







Parte de un Doujinshi Hentai Dibujado por @Hidekioficial ... 
Después publicaré el resto :p


Un Beso...



Un beso...
¡Con sabor a ti!..
¡Que delicia! ¡Que embeleso!... De tus labios puede ser mas que eso...
Francés, esquimal... De lengüita...
Por placer... Por amor... Por valor, o por malicia...

En la frente... La mejilla.... en las manos...
Desenfocado... Con alevosía, con trampa... Desprevenido
Con amor... Con pasión... En los labios...
Un beso... Un beso De ti, amor siempre es bienvenido...

De noche... De tarde o de día...
Sentados... Recostados ... O de cuclillas...
Con los ojos cerrados... O entreabiertos... Traviesos...
Haces de un simple beso... Algo  mucho mas que eso...

Chan 

(Twitter > @j049u1n1984)